martes, 11 de mayo de 2010

Reflexiones de un mendigo ermitaño

Y en mis pensamientos reflejos me encuentro cansado de una vida austera y llena de excesos, mis principales recuerdos se basan en una etapa de mi vida oscura y llena de actividad fantasmal. El acido y delirante néctar de la cocaína atravesando a fuego como un cañón el interior de mis cavidades nasales, tal que podría llegar a mi cerebro y proyectar diapositivas de alucinaciones pasajeras o incluso realizar graficas obscenas sobre pensamientos internos fruto del consumo. El calor del metal fino de la aguja clavándose en mis venas como chinchetas en el papel de un anuario escolar, la presión en mi brazo mientras el frío y suave líquido de la heroína penetra con fuerza en mi interior llevándome a un éxtasis de plena felicidad y ensismamiento por la belleza refleja en las pupilas de mis ojos entrecerrados que apenas pueden enfocar las imágenes que se aprecian a mi alrededor. Mis pies se van haciendo mas pequeños cada vez que los miro, dejo de sentir el peso de mis brazos, no puedo mover las articulaciones de mis manos, todo es oscuridad, relajación, sueño, quiero dormir.

Despierto envuelto en un hedor a hierba quemada, a mi derecha se encuentra el responsable de aquel olor, un porro mal apagado chispea en el suelo cual animal agonizando antes de perder la vida. Me incorporo y me sumerjo en una espiral de incomprensión y aturdimiento. ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí tumbado? ¿Qué sucedió ayer?, miles de preguntas martillean mi cerebro como el sonido constante de un teléfono. El recuerdo de pronto invade mis sentidos y visualizo las escenas de mi actividad diaria, imagino de forma real la sensación de nuevo en mi cuerpo y entonces la independencia llama a las puertas de mi conciencia y me incita a repetir todos los pasos y pautas del día anterior.

Y después de entrar en mi circulo vicioso sigo estando en una solitaria habitación, alejado de las miradas prejuiciosas de los intelectuales y de las palabras de reproche de mis familiares, solo yo, en mi mundo de expresionismo y repleto de mensajes experimentales que invitan a practicar algún tipo de magia negra o simplemente entrar en una cuarta dimensión, sin símbolos, sin imágenes, sin sonidos, solo existe una energía tan pura y tan real que atraviesa tus emociones y sentidos volviéndote preso de una danza invisible de la cual jamás podrás salir mientras tu cuerpo realiza movimientos involuntarios, tu mente se encuentra desactivada de todo tipo de razonamiento consciente. Así fue como en mitad de una noche desperté envuelto en mi propio vomito y me di cuenta de que era un adicto.
Claudia B.M.

(Hola, te dejo un escrito sobre un drogadicto.
Tambien te dejo una entrevista al musico que me inspiro a escribir este texto,viene subtitulada.)


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